miércoles, 27 de marzo de 2013

Pensamiento nº2



     Hace unos días murió Jason Molina (1973 – 2013) , una de esas personas que la vida te pone en medio del camino para que junto a ella descubras un universo que hasta entonces desconocías. No es un mundo idílico y lleno de colores llamativos, es más bien triste y sombrío, como la vida de este cantante de Ohio, un mundo etílico, rodeado de una atmósfera de  vapores que exhalan lamentos desesperados acompañados por acordes menores y sonidos que evocan siempre un final de tortura.

     Sé que empezar esta recomendación con una descripción tan triste pueda ahuyentar a las personas que prefieren el lado bueno y positivo de las cosas con las que uno desea convivir a diario, pero  sólo si conoces esta cara amarga de la vida, creo, es  cuando puedes llegar a disfrutar de los pequeños momentos exentos de detalles superfluos con los que consiguen despistar a las masas sumidas en sus vidas ajetreadas, obligadas a devorar sin degustar todo tipo de expresión artística, más aún, cuando esta viene a paso de anciano sabio que rehuye de toda prisa. Personalmente me invitó a perderme en mis pensamientos y a conseguir ordenar todo tipo de recuerdos, poniéndolos en su lugar exacto donde debían permanecer, otorgándoles prioridad a aquellos que sabía que necesitaría evocarlos en ese preciso momento en el que mi autoestima se veía tocada o porque quizás, simplemente me apetecía. Me aportó la pausa necesaria para construirme y analizar todo lo que me rodeaba, teniendo una imagen clara de lo que realmente me hacía, y aún consigue, hacerme feliz. 

     Por eso y porque un artista así se merece aunque sea un reconocimiento póstumo os recomiendo la escucha y porqué no, la compra de alguno de sus discos, tanto en solitario Jason MolinaSongs:Ohia o Magnolia Electric Co.



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